Interés General Ante el inicio del cónclave cardenalicio  Candidaturas, tensiones y presiones
El próximo miércoles se inicia el proceso del que surgirá el nuevo pontífice de la Iglesia Católica. Ahí se define el rumbo de la institución en los próximos años. Se desató una lucha de poder no exenta de presiones externas al ámbito eclesiástico.
Las votaciones del cónclave cardenalicio se iniciarán el próximo miércoles 7 pero en Roma se vive ya la tensión que expresa la importancia de una elección papal con trascendencia no solo para la Iglesia Católica sino para todo el mundo, dadas las circunstancias que atraviesa la sociedad internacional y como resultado del papel jugado por Francisco durante su pontificado.
En una entrevista concedida al diario El País (España) el cardenal alemán Gerhard Müller (77), un ultraconservador que ha sido frontal opositor a Francisco, no tuvo problema en admitir que existen “conspiraciones”. “La iglesia está compuesta de elementos divinos y humanos y por eso siempre hay algunos escándalos. (…) La ordenación no cambia la naturaleza humana” consintió sin perder la calma. El teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff acuerda con Müller por lo menos en este punto diciendo que “no seamos ingenuos: allí dentro, encerrados con llave, pese a la presencia misteriosa del Espíritu Santo, emergen también conflictos” porque “en el Cónclave reverbera también el tema del poder”.
Los papables Serán 133 los cardenales menores de 80 años que participen de la elección. Se necesitarán 89 votos para elegir al pontífice. El mismo miércoles habrá una primera votación pero es poco probable que de allí surja el nombre del papa. En los días subsiguientes habrá dos votaciones por la mañana y otras tantas por la tarde.
Aunque por motivos diferentes la mayoría de los cardenales prefieren que la elección se resuelva de manera rápida. Esta coincidencia es de las pocas que acerca a los opositores a Francisco con quienes pretenden la continuidad del camino “sinodal” y de reformas impulsadas por el papa argentino. Frente a las manifestaciones populares generadas por la muerte de Bergoglio y los reconocimientos llegados de todas partes del mundo, los conservadores pretenden evitar que esas expresiones influyan en los cardenales electores -particularmente en los que participan por primera vez de un cónclave- a medida que pasan los días. Los seguidores de Francisco quieren aprovechar el prestigio ganado por Bergoglio y el envión de su popularidad para cerrar cuanto antes el proceso.
Lo expresó en los días previos uno de los más jóvenes cardenales, el italiano Baldassare Reina, (54 años), vicario de la diócesis de Roma, a quien Francisco creó cardenal en 2024, diciendo que "este no puede ser un tiempo de equilibrios, de tácticas, de prudencia, un tiempo que favorezca el instinto de volver atrás o, peor aún, de venganzas y alianzas de poder".
Todos los cardenales que participaron de las “congregaciones generales” -estuvieron también quienes por edad no están habilitados para votar- usaron ese espacio para dejar en claro posiciones y propuestas. Biniarmino Stella (italiano, 83) tomó el 30 de abril la vocería de los más conservadores para criticar con dureza el legado de Francisco diciendo que Bergoglio rompió “la tradición milenaria de la Iglesia” cuando abrió las puertas a la participación y permitió que los laicos, varones y mujeres, accedan a puestos de gestión y gobierno. Para este sector solo el “sacramento del orden sagrado” (el sacerdocio y el episcopado) está habilitado para gobernar la iglesia. Francisco, por su parte, al “abrir las puertas”, decidió romper con el clericalismo reinante. Stella criticó expresamente el nombramiento de Simona Brambilla como prefecta del dicasterio (ministerio) de los Institutos de Vida Consagrada y de Raffaella Petrini, actual gobernadora de la Ciudad del Vaticano.
Detrás de Stella se alinean el ya mencionado Müller, y los cardenales Raymond Burke (Estados Unidos, 76), Robert Sarah (Guinea, 79) y Fridolin Ambongo (Congo, 65), entre otros muy críticos y directos opositores de Francisco. Con el apoyo económico de grupos conservadores de Estados Unidos generaron una página web titulada “The College of Cardinals Report” para exponer los antecedentes de los posibles sucesores de Bergoglio con el fin de evitar que “la Iglesia vuelva a caer en este error”.
En una segunda línea de los conservadores se enrolan Anders Arborelius (nacido en Suiza pero actual arzobispo de Estocolmo, Suecia, 75). Willem Jacobus Eijk (Países Bajos, 71), Péter Erdő (Hungría, 72) y Kurt Koch (Suiza, 75).
Distintos analistas vaticanos coinciden en que los conservadores no tienen un candidato propio porque consideran que no obtendrían los votos necesarios. Pero a la hora de las negociaciones podrían inclinarse por el italiano Pietro Parolin (70) que, si bien ha sido un colaborador directo de Francisco durante todo su pontificado desde el estratégico puesto de Secretario de Estado, es considerado como un “moderado” con muchas habilidades diplomáticas y experiencia burocrática en la curia. Estiman que, de no obtener mayoría para un candidato propio, los “reformistas” seguidores de Francisco podrían volcar sus votos hacia Parolin pensando en un “papa de transición” que no profundice el legado de Bergoglio pero tampoco lo desconozca. Un número importante de votos provenientes de América Latina podrían avalar esa candidatura.
En el camino de Francisco Uno de los candidatos del grupo “reformista” es Pierbattista Pizzaballa (60), italiano de nacimiento y actual Patriarca latino de Jerusalem, entusiasta defensor de la propuesta “sinodal” de Bergoglio y un luchador por la paz. En octubre de 2023 se ofreció como rehén a Hamas a cambio de la liberación de rehenes israelíes pero el gobierno de Israel lo acusa de favorecer la causa palestina como también lo hizo con el papa fallecido. En 2016 Pizzaballa fue ordenado obispo por el cardenal argentino Leonardo Sandri y en 2023 Francisco lo creó cardenal.
Otro nombre que se menciona es el de Mario Grech (67), cardenal de Malta, quien hasta este momento ocupa desde 2020 el muy estratégico cargo de Secretario General del Sínodo, encargado de llevar adelante la perspectiva de “sinodalidad”, la principal estrategia de Francisco con el fin de construir una “iglesia de puertas abiertas”, para “desclericalizarla”, y generar mayor y más igualitaria participación. Su cargo le ha permitido contacto directo y personal con gran parte de los cardenales y conocimiento profundo de la realidad de la Iglesia católica a nivel mundial. Conoce y lo conocen. En consonancia con Francisco ha sostenido que “es posible un estilo sinodal de la Iglesia” y que el documento final del sínodo 2024 es “un mapa para la conversión y la renovación de la Iglesia en sentido sinodal”.
Hay quienes sostienen que el propio Bergoglio señaló en algún momento al filipino Luis Antonio Gokim Tagle (67), ex arzobispo de Manila ,como su posible sucesor. En 2019 Francisco lo nombró prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en el Vaticano. Es un hombre sumamente popular, prefiere que lo llamen por su apodo (“Chito”) y algunos medios lo han bautizado el “Francisco asiático” por su sintonía con el papa fallecido. Su eventual elección no solo sería una confirmación del rumbo que Jorge Bergoglio le ha querido dar a la iglesia, sino que se convertiría en una señal de respaldo al catolicismo asiático en expansión en los últimos años. También podría facilitar el acercamiento a China, un propósito perseguido por Francisco y que se ha reflejado en la mejora de las relaciones entre el Vaticano y el gobierno chino. El sector conservador ve en Tagle como uno de los mayores “peligros” y ha intentado desacreditarlo.
No hay que descartar al italiano Matteo Zuppi (69), arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, hombre de mucha trayectoria intelectual y hábil diplomático en el que Francisco depositó su confianza para misiones internacionales como el intento de mediación en Rusia y Ucrania. No aparece en la primera fila de los candidatos pero puede sumar adhesiones a medida que avancen las votaciones. Leonardo Boff tiene su propia predicción sobre el resultado del cónclave. Ha dicho que el cardenal Leonardo Ulrich Steiner (Brasil, 74), franciscano, podría ser "la gran sorpresa, nombrado Papa con el nombre de Francisco II".
Sábado, 3 de mayo de 2025
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