Lunes, 9/6/2025   Paso de los libres -  Corrientes - República Argentina
 
Por Alejandro Giuffrida
La expansiva empresa de Lombardi
El hombre fuerte de los medios en el Gobierno de Macri fundó una empresa en 2006 que estuvo involucrada en la causa Schoklender, obtuvo créditos blandos del Ciudad y fue salpicada por los Panamá Papers. Lombardi asegura que la vendió y que no sabe de quién es ahora, pero declara en su DDJJ que la firma le debe $700.000.


Hernán Santiago Lombardi es uno de los hombres más poderosos del gabinete de Mauricio Macri. Como titular del Sistema Federal de Medios Públicos tiene a su cargo instalar desde el discurso mediático la idea de un gobierno tolerante y dialoguista, que vendría a contrarrestar con el estilo confrontativo que durante años se le endilgó a CFK. Herramientas no le faltan: el ex ministro de cultura porteño cuenta con un presupuesto de 2.000 millones anuales y el manejo de buena parte de la pauta oficial.

Sin embargo, el ingeniero Lombardi escondería debajo de la alfombra un costado oscuro que le costaría una mala pasada si la Justicia hace las preguntas correctas. En esta investigación, Nuestras Voces presenta el entramado entre una empresa que Lombardi creó en 2006, antes de asumir funciones públicas en la Ciudad y un tendal de acusaciones e incompatibilidades: “Sociedad Expansiva”, recibió préstamos del Banco Ciudad, está asociada a un fondo de inversión que investiga la Justicia y que aparece en los Panamá Papers, manejó sumas millonarias por pauta oficial y hasta aparece mencionada en la causa caratulada “Schoklender, Sergio Mauricio y otros s/defraudación a la administración pública y encubrimiento”.

Un laberinto que empieza hace una década, en abril de 2006, cuando Lombardi creo la SRL “Sociedad Expansiva para el Desarrollo del Deporte y la Cultura del Conosur” junto a su socio Roberto Grunberg y ambos asumieron la gerencia, de acuerdo a la información publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina del 19/05/06. Con el tiempo esa compañía acotará su nombre a simplemente “Sociedad Expansiva”. Desde siempre, su principal bien ha sido la comercialización en carácter exclusivo de los derechos comerciales de la Selección Nacional de Básquet.

Según el funcionario nacional, en 2015 “Expansiva” (así está definida en su Declaración Jurada, sin aclarar de qué clase de compañía se trata), mantenía una deuda de unos $700 mil con él, que Lombardi define como “créditos en el país” y asegura que se trata de fondos provenientes de una “herencia”. Pero en su DDJJ de 2013, como funcionario de la ciudad, ya Lombardi declaraba una deuda de “Expansiva S.R.L.” de $ 894.607, aunque no como herencia. ¿Cuál es el verdadero vínculo del hombre fuerte de los medios con Expansiva? Según aseguró el funcionario a Nuestras Voces, “yo vendí Expansiva en 2011 y desde entonces soy acreedor de una deuda por el saldo del precio, no tengo idea quién está ni qué hace”. Es decir que, según su versión, una empresa que factura millones le cancela la deuda en pesos a un ritmo de $10.000 por mes.

La pasión por Panamá

Los derechos de comercialización de la firma Sociedad Expansiva hoy son parte integrante del fondo de inversión Hope Funds, que conduce Enrique Blaksley . Es uno de los grupos con mayor expansión en el rubro de eventos y derechos deportivos y culturales, con otros grandes emprendimientos a su cargo como el Hard Rock Café porteño y el Buenos Aires Design. Hope Funds quedó en el medio de la tormenta en estos últimos meses porque el fondo aparece vinculado a unas 30 offshore concentradas en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas. Esta fue otra de las filtraciones que se conocieron tras los documentos del estudio Mossack Fonseca, que afectó desde múltiples puntas a la administración Cambiemos. El fondo fue denunciado por lavado de dinero y sufrió numerosos allanamientos.

En un artículo para Página/12, Santiago O’Donnell había hecho una primera investigación, sin la vinculación aún con Lombardi. En esa nota informa que Blaksley viene siendo investigado por la justicia argentina desde antes de los Panamá Papers, dado que el fondo de inversión que él conduce “no puede justificar el origen de sumas millonarias”. Además de Expansiva, Hope Funds también tiene inversiones en Proenter, la empresa de marketing que maneja el merchandising del club Boca Juniors. Las dos firmas (Proenter y Sociedad Expansiva) tienen el mismo domicilio y los mismos directores, según la nota de O’Donnell.

Dentro del grupo Hope Funds además hay empresas vinculadas a la dupla empresarial de Fabián Scoltore y Marcelo Tinelli, como la firma Ideas Sports y Pro IDS (IDS por Ideas Del Sur). En esta última, comparten directorio los nombres de Sociedad Expansiva con Scoltore, Tinelli y su hija Micaela. La relación con Tinelli no es un dato menor. En un artículo de José Crettaz para La Nación de noviembre de 2015, en el que se estudia la entrega de pauta oficial, se presenta a Proenter como una empresa que directamente comparte Alberto Javier Schmidt con Tinelli. En esa nota, además, se destaca que “Schmidt cobró $ 34,6 millones por sus propias empresas Sociedad Expansiva y Pro Entertainment”.

El negocio de la publicidad oficial fue por demás beneficioso para Sociedad Expansiva desde que cambió su nombre, a fines de 2011: A partir de entonces Lombardi y su socio dejaron de tener cargos en la sociedad que fundaron y los comenzaron a ocupar Alberto Javier Schmidt, como presidente y Hernán García y Mariano Vázquez. Lombardi asegura que en ese momeno la vendió, y dijo no recordar que la haya comprado Schmidt. En los documentos públicos la empresa registra un ingreso promedio de tres millones anuales desde entonces, por pautas que canalizaría a través programas deportivos o canales como TyC sport. En muchos casos sacó provecho de ser la comercializadora exclusiva de los derechos comerciales asociados a la Selección Argentina de Básquet. En otros, con campañas públicas, como prevención del dengue o de accidentes de tránsito. De hecho, el último desembolso al que pudo acceder Nuestras Voces fue en 2015, por unos 170 mil pesos de pauta estatal, y se presentó mediante Sociedad Expansiva para el programa Uno contra uno, de Básquet, que se transmite por TyC.

El Ciudad invita

Pero hay más. Casi 400 mil pesos en menos de dos años fue la suma que el Banco Ciudad otorgó a Sociedad Expansiva, primero bajo la forma de SRL y después SA. El desembolso inicial fue en noviembre de 2011 por 119 mil, y el segundo en agosto 2013 por 280 mil. En ambos casos, se trató de préstamos subsidiados por el Estado porteño, es decir que pagaron una tasa menor a la del mercado. Los créditos les fueron otorgados en el marco del programa “Ciudad Competitiva”, una iniciativa que el Gobierno de Mauricio Macri lanzó en 2011 para financiar a través del Ciudad a empresas Pymes, con el objetivo de recomponer o incrementar el capital de trabajo. Básicamente, era un subsidio de tasas. A través de la Subsecretaría de Desarrollo Económico, el Estado porteño subsidió entre 4 y 6 puntos la tasa anual.

El primer préstamo fue otorgado en noviembre de 2011, mientras que el cambio de denominación y la declarada venta -que incluye el pasaje a llamarse Sociedad Expansiva y pasar de ser una SRL a una SA- se había concretado tan sólo un mes antes, el 17 de octubre: cualquiera sabe que gestionar un crédito bancario lleva mucho más de un mes. Sin embargo Lombardi aseguró que él no tuvo nada que ver con los créditos.
Una dato del expediente bancario lo desmiente: Con el cambio de denominación, la empresa pasó a fijar domicilio en Marcelo T. de Alvear 636 piso 11, en la Ciudad de Buenos Aires. Pero hasta entonces, y desde que Lombardi fundó la empresa en 2006, el domicilio era Roque Sáenz Peña 917 piso 8. Y esa fue exactamente la ubicación que quedó registrada en el boletín oficial de la Ciudad de Buenos Aires al momento de otorgar el primer crédito de 119 mil a la firma Sociedad Expansiva.

Caso Schoklender

Hasta octubre de 2011, la firma de Lombardi mantuvo el kilométrico nombre de “Sociedad Expansiva para el Desarrollo del Deporte y la Cultura del Conosur”. Además de los edictos y balances de la Inspección General de Justicia, el extenso nombre con el que nació esta empresa quedó tatuado en un lugar algo más oscuro: Un corpulento expediente caratulado como “SCHOKLENDER, Sergio Mauricio y otros s/defraudación a la administración pública y encubrimiento”.

Cuando el fiscal Jorge Di Lello comenzó a seguir la desviada ruta de los fondos que manejaba Sergio Schoklender, dio con un armado de empresas y cuentas bancarias a partir del cual se habría canalizado la Estafa al estado. Y a las Madres. Ese armado incluye a su hermano Pablo y a otros socios menores, como Alejandro Gotkin. Este último presidía Meldorek S.A., a través de la cual la Fundación construía las viviendas sociales y que, posteriormente, Schoklender reconocerá que le pertenece en un 90%.

Pero, ¿cómo ingresa la compañía de Lombardi en todo esto? Di Lello, según relata en la causa que hoy tiene el juez Martínez de Giorgi, investigó las cuentas bancarias de Gotkin y dio con una cuenta corriente en la sucursal Villa Crespo del Banco Supervielle. De acuerdo al expediente, esa cuenta “recibió la mayoría de sus fondos provenientes de las cuentas de la Fundación Madres de Plaza de Mayo abiertas en el Banco Provincia de Buenos Aires”, pero en menor medida de otras empresas, entre las que figura “Confederación Argentina de Basketball y sociedad Expansiva para el Desarrollo”. Además, naturalmente, de Meldorek SA. Es decir que la Confederación Argentina de Basketball y la Sociedad Expansiva, dupla que aún hoy continúa en asociación, giraban fondos a una cuenta de Gotkin, también utilizada para la estafa. El análisis de estos movimientos bancarios comprende un período que va entre septiembre 2009 y junio 2011. Es decir, antes de que Lombardi pasara a ser “acreedor” de la empresa y cuando aún figuraba como socio gerente.

El camino al ministerio porteño

Lombardi cursó su carrera de grado, que es una ingeniería, en la UBA durante el último tramo de la dictadura cívico-militar. Allí tuvo su primer acercamiento a la política, a través de la militancia estudiantil en Franja Morada. Luego, con el alfonsinismo en el gobierno, obtendrá el carnet de afiliado a la UCR. Pero no será su actividad partidaria lo que lo lleve al mundillo chico de las decisiones políticas, sino que fue su gestión empresarial en el rubro turismo y específicamente al frente del complejo Torres de Manantiales lo que lo pondrá en órbita durante la segunda mitad de la década menemista.

El primer salto a la administración pública lo dio empujado por Fernando De la Rúa, en 1999, cuando asumió la conducción de la Secretaría de Turismo de la Nación. Hacía dos años que se había terminado una larga relación con Soledad Silveyra y apenas un año que se había enterado que tenía una hija, a quien desconocía por completo, de una relación anterior.

Fueron meses vertiginosos los de la Alianza, en los que gobernar era tapar parches, sin dinero y con un dudoso timón político. Fue parte del influyente “grupo Sushi”, al que pertenecía Antonio, el hijo mayor de De la Rúa, y el renunciado ministro de cultura de la Ciudad, Dario Lopérfido. Durante su breve gestión, fue interventor de la Administración de Parques Nacionales y por unos pocos meses tuvo el honorífico cargo de ministro nacional, cuando la secretaría que ocupaba se unió a turismo y pasó a ocupar una cartera del gabinete.

De alguna manera, Lombardi fue de los pocos leales a De la Rua. Como ningún otro, él estaba en la Casa de Gobierno la asfixiante noche de diciembre en que la marea popular colmaba Plaza de Mayo y el helicóptero evacuaba la oficina de Presidencia de la Nación. De hecho, Lombardi, junto a Andrés Delich (por ese entonces al frente del Ministerio de Educación y hoy director del Centro de Estudios en Políticas Públicas), fueron los únicos dos ministros que le repetían a De la Rúa que renunciar era un error y que debía permanecer en el gobierno.

Pero De la Rúa renunció y el país se desplomó. Lombardi se acerca durante 2002 a Ricardo López Murphy -ex ministro de De la Rúa- y logra jugar con el sello de Recrear en una candidatura a la gobernación de la Provincia de Buenos Aires en 2003, pero apenas si alcanza el 3,94% de los votos. Exactamente 40 puntos menos de lo que obtuvo el victorioso Felipe Solá con la fórmula del PJ, secundado por Graciela Giannettasio.

Alejado de los cargos electivos o de los nombramientos en gabinetes, Lombardi montó entonces una consultora de asesoramiento en turismo, con la que entabló negocios con las cámaras empresariales del sector y con algunas provincias a las que les vendió servicios. Como ya se dijo en este artículo, a mediados de 2006 creó además Sociedad Expansiva para el Desarrollo del Deporte y la Cultura. El negocio fue bastante próspero, pero el verdadero crecimiento se dio cuando Macri llegó a la Ciudad, en 2007.

El actual presidente de la Nación tomó una parte considerable de su estructura del armado que alguna vez había aglutinado López Murphy. Lombardi accedió a una conversación con Macri sin saber del todo hacia donde iba el asunto y se sorprendió cuando le ofreció conducir el Ministerio de Cultura de la Ciudad. Desde entonces y hasta el 9 de diciembre de 2015 se mantuvo en ese cargo.

@alegiuffrida



Viernes, 15 de julio de 2016

   

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