ACTUALIDAD NACIONAL La ministra que le abrió el camino a la inflación  Aunque el Gobierno quiera subrayar para el "relato" que el primer ministro de Economía de gen kirchnerista es Axel Kicillof, en realidad fue Felisa Miceli la primera en asumir la consigna del "modelo" de que quien toma las decisiones es el presidente y que la inflación no es algo malo.
Reemplazante de un desgastado Roberto Lavagna en noviembre de 2005, Miceli saltó al frente del Palacio de Hacienda con una definición que marcaría su gestión no sólo en términos conceptuales, sino también prácticos. "Debemos pasar por una inflación un poquito más alta que la deseada, pero es eso o la paz de los cementerios", expresó.
Por esta razón, abandonó la idea de atacar este problema desde una perspectiva macroeconómica y dejó la cuestión en manos de un funcionario al que Lavagna, literalmente, le había prohibido la entrada al quinto piso del Palacio de Hacienda: Guillermo Moreno. Desde entonces, Moreno fue amo y señor no sólo de la política antiinflacionaria -a través de poco útiles acuerdos de precios-, sino también de la intervención del Indec, desplazando a los funcionarios técnicos y persiguiendo a las consultoras que medían los precios en forma independiente.
De hecho, en enero de 2007, mientras la ministra miraba para otro lado, el Indec comenzaba a distorsionar los resultados del índice de precios al consumidor.
El resto de su gestión transcurrió entre la mediocridad y los papelones, como la reunión que organizó para inversores en la reunión del FMI en Singapur a la que sólo asistieron cuatro personas. Cuando se encontró "la bolsa" en el baño de su despacho, Miceli recibió a LA NACIÓN y a otros dos diarios para expresar en una entrevista que había cometido un "error, pero no un delito". Aparentemente tranquila -tal vez porque estaba segura de un respaldo que luego perdió-, justificó su decisión de dejar el dinero en ese lugar y no en el banco. Para ratificar sus dichos, exhibió ante los periodistas ese baño y el famoso placard. Pero no le sirvió. A los 10 días tuvo que renunciar y se terminó refugiando en la Fundación de las Madres, donde también quedó salpicada por otro escándalo con fondos públicos..
Martes, 7 de abril de 2015
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